¡Un nuevo capítulo de la serie “Politica de Cookies” ha salido en enero!
Desde el 2020 se ha hablado mucho sobre el tema de las cookies en el buscador de Google, pero hasta que se pongan de acuerdo con la UE, los demás siguen haciendo avances en cuanto a este tema.
El 11 enero entró en vigor las nuevas medidas de la AEPD (Agencia Española de Protección de Datos) para las cookies, de forma inmediata y obligatoria.
Son datos que no se originan en la página web del propietario/a y que sirven para construir un perfil de usuario/a con el fin de mejorar la publicidad programática o publicidad digital.
Este tipo de cookies son generadas por los anunciantes o proveedores externos que únicamente se encargan de ofrecer esta información a terceros/as sobre nuestros hábitos y preferencias de navegación.
Y… ¿Qué es lo más importante de esta nueva normativa?
Lo más importante de esta nueva ley es la necesidad de incluir en el pop–up (si, esa ventanita tan molesta que salta cada vez que entras en una página), los botones iguales de aceptar y rechazar, con el mismo color y nivel ambos. Esto, evita que el cookiewall sea poco claro y nos intenten “robar” las cookies.
Eso sí, las nuevas medidas no aclaran que el rechazo tenga que ser gratis, siempre y cuando se expliquen las opciones de manera decente.
Las cosas claras y el chocolate espeso, siempre.
Como en Matrix, hay dos opciones
- Aceptar las cookies: Al aceptar, permites al sitio utilizar tus datos de navegación para personalizar los anuncios que te van enseñar. ¡Adiós a anuncios que no te interesan!
- Rechazar las cookies: Si rechazas, los anuncios no se basarán en las cookies, por lo que serán genéricos, o en este caso, tendrás que abrir la billetera para librarte de ellos.
Resumiendo, o te comes las galletas con anuncios de acompañamiento, o pagas por no ver los anuncios.
Los medios digitales viven de la publicidad que se muestra en las páginas, por lo que si rechazamos las cookies no se generan beneficios con los anuncios, como si pasa cuando aceptamos. Ahora, si rechazas hay que pagar para compensar.