Ya está aquí el anuncio de la lotería y viene en dos versiones: una versión larga de 19 minutos y una versión larga también de 3 minutos y medio que probablemente recortarán para hacer una versión también demasiado larga de unos 20 segundos. Teniendo en cuenta que ni nuestras madres ni nadie que no se dedique a la comunicación va a ver los 19 minutazos, vamos a analizar la versión de 03:30.

Cae un meteorito al lado de un perro, se supone que es un OVNi que viene del espacio. Todo muy navideño. Sabemos que la chica no viene de Marte porque teniendo en cuenta la que se lió en el 96 cuando los marcianos llegaron a la tierra y el gobierno de Jack Nicholson les soltó una paloma, no queremos ni imaginar que hubiera pasado si hubieran visto un perro ladrando. Definitivamente no viene de Marte.

La extraterrestre se acostumbra rápido a las tradiciones madrileñas: las colas. Esas colas en las que un desconocido te habla y cuando le das largas sin decirle ni mu, decide comprarte un boleto. Una chica muy normal que va en diciembre por Madrid en un vestido corto sin mangas pero claro, al colega Daniel no le va muy bien en Tinder y dice: esta es la mía, me la subo a casa.

Ambos se besan y a ella, un tío tan chapas le da pereza, un claro caso de “no quiero perder nuestra amistad o “lo de anoche fue un error”. Es entonces cuando se ve la naturaleza real del pobre chaval. El típico tío que cuando una chica pasa de él no para de mandarle WhatsApp, el típico que tiene conversaciones en las que solo habla él y que a partir de una fecha concreta sus mensajes solo tienen un Check. Sí, la tía pasa de él, no pasa nada, a todos nos ha pasado, asúmelo y a por otra.

Eso sí, tonta no es, marciana no lo sabemos pero tonta no. Le han tocado 400.000 euros y piensa “vale, sí, tendré que volver a verle y hacer el pariré otra vez pero oye, la pela es la pela que en la tierra está todo muy caro”. Llega a la administración de lotería y ahí ve al lotero, harta del perro se lo da. Nosotros proponemos un brindis por esos loteros que no se quedan con el billete de lotería premiado y todos los años ven como a sus vecinos les toca un buen pellizco. Esos loteros que hablan para la tele y dicen ”yo con ver a mis vecinos felices soy feliz” mientras por dentro piensan “no se morirá alguno no”. Esos loteros a los que estas navidades les van a regalar perros a punta pala como queriendo decir “yo tengo dinero, quédate con mi perro que a partir de ahora no le voy a hacer ni caso, insisto, tengo dinero”.

El otro tarao sale en la tele “una amiga tenía un décimo y se ha perdido”, que no, a ver que no, que pasa de ti pesao. En ese momento ella dice “bueno mira, yo que sé, le voy a dar una oportunidad”, vamos lo típico.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado… bueno… al menos lo que nos enseñan. Realmente la historia va mucho más allá.

Tomy Lee Jones y Will Smith ya están en busca de la chica, realmente se trata de un uraniano que buscaba hacerse con el planeta tierra para así dominar la galaxia. El perro es otro uraniano que pretendía hacerse con el cuerpo del lotero. El agente K y el agente J tienen que valerse de la ayuda del agente M. Rajoy debido a su identidad secreta. Gracias a él consiguen mandarles de vuelta a Urano no sin antes haber destrozado la ciudad de Madrid. ¿Qué por qué nadie es capaz de recordar todo esto? Muy sencillo.