De los códigos QR estáticos a los QR dinámicos
La ‘nueva normalidad’ requiere de soluciones tecnológicas ingeniosas para mantener viva la relación entre el cliente y la marca, puesto que el servicio sin contacto físico se impone como el punto clave para que muchas compañías resurjan con éxito tras este largo periodo de confinamiento. Los códigos QR dinámicos se perfilan como una de las herramientas más prácticas y atractivas para los/as consumidores/as gracias a todas las opciones que ofrecen.
Los códigos QR parecen haber surgido hace pocos años, cuando tomaron un gran impulso, sin embargo, fueron creados en 1994 por una compañía del sector de automóvil con el objetivo de llevar a cabo un seguimiento de los mismos durante el proceso de fabricación. Los códigos Quick Response (respuesta rápida), cuyos precursores fueron los códigos de barra, no tardaron en convertirse en un elemento indispensable en la sociedad japonesa que los utilizaba para almacenar información. Sin embargo, en 2002 llegó su gran expansión con la expansión de los smartphones con función de lectura del código QR y acceso a internet, convirtiéndolo en una aplicación muy utilizada tanto por las empresas como por los/as usuarios/as.
Su utilización es muy sencilla. Basta con escanear el código con un dispositivo móvil con lector incorporado para poder acceder a la información. Esto los hace muy atractivos, puesto que en muy pocos pasos las compañías pueden dar a conocer ofertas especiales, nuevos productos, tienda virtual, realizar estadísticas etc.
A lo largo de su historia, los códigos QR han sufrido una gran evolución, pasando de los antiguos códigos estáticos cuya información no podía actualizarse, a los códigos dinámicos de hoy en día que permiten cambiar la información o utilidad del mismo tantas veces como lo deseemos. Además, para el usuario resulta muy práctico, puesto que no es necesario escanear de nuevo el código, sino que este se actualiza de manera automática.
Son muchas las posibles aplicaciones que estos códigos tienen para las marcas los límites sólo los pones tu, algunas de ellas son:
- Conectar el código QR con la página web corporativa.
- Dirigir a los usuarios a las páginas de la empresa en redes.
- Descarga de archivos, desde MP3 hasta PDF para que los usuarios/as puedan almacenarlos en su dispositivo móvil.
- Informar sobre ofertas, descuentos especiales o nuevos productos.
- Promocionar sorteos especiales.
- Ofrecer información sobre la localización y cómo llegar a través de Google Maps.
Negocio: Empresa con productos de consumo.
Objetivo: Dirigir a los clientes a las redes sociales corporativas.
Fidelización. Acción en Facebook: Like, para participar en el SORTEO. Con esta acción se consigue fácilmente aunar el mundo offline con el online, puesto que son los consumidores reales de nuestros productos los que participarán en el sorteo, y no los conocidos como ‘buscadores de sorteos’.
Promoción: El cliente al escanear el código que encontrará en los productos de la marca se convertirá en participante del sorteo.
Negocio tipo: Hoteles Objetivo: Ampliar el público objetivo.
Acción en Facebook: Like (cuando estés en una cadena de hoteles) / Check-in (cuando visites un hotel singular) / Wall post.
Promoción: ofrecer descuentos a los clientes de los hoteles a cambio de que estos realicen una publicación en sus redes sociales.
Visibilidad: Una posibilidad que ha funcionado muy bien es ubicar el código QR en la carta de productos que haya en la habitación. Como se muestra en la foto otra buena idea es colocarlo en un lugar visible de la recepción o el comedor donde vaya acompañado de lo que se puede conseguir en la promoción.
Estos son solo varios ejemplos de lo que la implementación de un código QR puede aportar a tu marca, pero si las posibilidades son prácticamente infinitas. Tan sólo hace falta un poco de creatividad y verás como consigues que tu QR tenga una mejor aceptación.
Si te interesa y quieres solicitar más información, no dudes en ponerte en contacto con nosotros.
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